Edad Media
En los primeros siglos, los reyes Merovingios de la Galia conquistaron muchas tribus alemanas, a las que obligaron a cambiar de religión. Las actividades de los misioneros en el país financiaron los monasterios de Würzburg, Regensburg, Reichenau y otros sitios. Años más tarde, entre 772 y 814, el rey Carlomagno amplió su Imperio a Italia del norte y a los territorios de todo el oeste de Alemania, incluyendo a los pueblos sajones y a los bávaros. Cuando nombraron a Carlomagno emperador de Roma, se estableció el "Sacro Imperio Romano Germánico". Los años pasaron, y el Imperio fue dividido en varias zona, debido a las continuas peleas entre los nietos de Carlomagno. Esta división dio paso al principio del Reino franco bajo el gobierno del duque Henry de Sajonia. Entre 1096 y 1291, época de las Cruzadas, se establecieron multitud de órdenes de caballeros y religiosas: los templarios, los Caballeros de San Juan y la Orden de los teutones. Muchas ciudades, castillos, palacios de obispos y monasterios se fundaron en este período. Pero a partir de 1300, el Imperio comenzó a perder territorio en todas sus fronteras. En el siglo XV, el rey Maximiliano trató de reformar el Imperio, sin éxito, debido a la continua fragmentación del territorio.
La Reforma de Alemania
En el siglo XVI comenzó la reforma de Alemania bajo la filosofía de Martin Luther y su "95 tesis" contra los abusos de indulgencias de la Iglesia. Luther tradujo la Biblia, estableciendo las bases del alemán moderno. En 1555, la era de las relaciones religiosas tensas pareció terminarse con la Paz de Augsburg. Ya en el siglo XVII, la Guerra de los Treinta Años devastó Alemania, continuó la tensión religiosa, y el conflicto se transformó en una guerra europea, con la intervención de Rey Christian IV de Dinamarca, Gustavo Adolphus de Suecia y el Cardenal Richelieu, regente del joven Luis XIV, de Francia. Alemania se convirtió en el principal escenario de la guerra y del conflicto final entre Francia y los Habsburgos sobre su predominio en Europa. La guerra desoló grandes áreas grandes de Alemania, que perdió casi un tercio de su población, y provocó el empobrecimiento general. Finalmente, la guerra terminó con la Paz de Westfalia, y el territorio alemán fue otorgado a Francia y a Suecia, mientras que los Países Bajos también abandonaron el Sacro Imperio Romano. El Sacro Imperio Romano Germánico fue disuelto formalmente el 6 de agosto de 1806, cuando su último emperador Francisco II renunciaba, tras la derrota militar a manos del ejército francés de Napoleón. Más tarde, con las Guerras de Liberación se inició la destrucción del ejército de Napoleón y Alemania fue liberada del dominio francés.
La Confederación Germánica
Tras la caída de Napoleón, los monarcas y jefes de Estado europeos se reunieron en Viena en 1814 para la reorganización de los asuntos europeos. Sobre el territorio del antiguo Sacro Imperio Romano Germánico se fundó la Confederación Germánica o "Deutscher Bund", mediante la unión de 39 estados (35 principados y cuatro ciudades libres) bajo el mando austriaco, con un Bundestag situado en Frankfurt. En 1867, la Confederación Germánica fue disuelta. En su lugar, se estableció la Federación Alemana del Norte o "Norddeutscher Bund" bajo el mando de Prusia. A diferencia de la Confederación Germánica, la Federación Alemana del Norte fue un verdadero estado. Su territorio estaba comprendido por las partes de la Confederación Germánica que se encontraban al norte del Main; los territorios orientales de Prusia y el Ducado de Schleswig, pero excluía a Austria, Baviera, Württemberg, Baden y los territorios meridionales del Gran Ducado de Hesse. La Federación Alemana del Norte (1867-1871) se convirtió en una solución transitoria entre la disolución de la Confederación Germánica y la fundación del Imperio alemán, conducido por Otto von Bismarck, que fue nombrado canciller. Con ello, Prusia estableció el control de los 22 estados de Alemania del Norte y, a través del "Zollverein", de Alemania del sur.
El Imperio alemán
En 1871, el Imperio alemán se fundó con 25 estados, tres de los cuales eran "Hanseatische Städte" o ciudades libres. El canciller era Otto von Bismarck. Esta solución fue conocida como la "Pequeña Alemania", puesto que no incluía el territorio de Austria. La política doméstica de Bismarck como canciller de Alemania se caracterizó por su lucha contra los enemigos del estado protestante prusiano. Otra prioridad de Bismarck fue proteger la expansión de Alemania mediante un sistema de alianzas y un intento de contener la crisis hasta que Alemania estuviera completamente preparada para iniciarla. En 1879, Bismarck formó una alianza dual entre Alemania y Austria-Hungría, a la que posteriormente se unió Italia, creando una triple alianza contra la política colonial francesa. En 1898, la triple alianza fue disuelta por diferencias entre Austria e Italia, y Alemania se quedó cada vez más aislada.
Primera Guerra Mundial
Las políticas de poder imperialista y la decidida búsqueda de intereses nacionales condujo en última instancia al estallido en 1914 de la Primera Guerra Mundial, provocada por el asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero del trono del Imperio Austrohúngaro, y su esposa, Sofía Chotek, en Sarajevo el 28 de junio de 1914 a manos del joven estudiante nacionalista serbio Gavrilo Princip. Durante la Primera Guerra Mundial, Alemania combatió en el bando del Imperio Austro-húngaro, Bulgaria y el Imperio otomano, contra Rusia, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y otros estados de menor tamaño. El combate se extendió también a Oriente Próximo y a las colonias alemanas. La entrada de Estados Unidos en la guerra en 1917, tras la declaración de Alemania de ataques submarinos indiscriminados, marcó un punto de inflexión decisivo contra Alemania.
En noviembre, el Kaiser Guillermo II y todos los dirigentes alemanes abdicaron, y el socialdemócrata Philipp Scheidemann proclamó la República, poniendo fin a la guerra en Compiègne. Después de la Primera Guerra Mundial, Alemania fue obligada a ceder muchos territorios, y las tropas aliadas ocuparon la zona oeste del Rin durante un período de cinco a quince años. El ejército alemán fue reducido a 100.000 oficiales. Además, Alemania y sus aliados debían aceptar la responsabilidad exclusiva de la guerra, y por tanto, pagar las reparaciones de todas las pérdidas y daños sufridos por los Aliados. Las humillantes condiciones de paz provocaron la amarga indignación del pueblo alemán, y debilitaron seriamente el nuevo régimen democrático.
República de Weimar
En 1919, conforme a la Constitución de Weimar, Friedrich Ebert nombrado primer Presidente alemán, pero la República de Weimar no fue reconocida por el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, más tarde conocido como el Partido Nazi, ni por el Partido Comunista alemán. En 1923 comenzaron de nuevo los problemas, cuando Alemania faltó a sus pagos para las reparaciones de guerra, y tropas francesas y belgas ocuparon la potente zona industrializada de la cuenca del Ruhr. El gobierno alemán animó la población a la resistencia pasiva, y más tarde la ocupación se transformó en un trato deficitario por parte del gobierno francés. Como consecuencia de ello, muchos habitantes perdieron toda su fortuna, convirtiéndose en amargos enemigos de la República de Weimar. Por suerte, en 1928 la producción industrial alemana mejoró. En este momento, Hitler hizo su primera aparición con poderosos soldados de caballería en Múnich, y después de las elecciones nacionales de 1932, el nuevo presidente Hindenburg lo designó canciller.
Revolución Nazi
En 1933, Hitler formó un gobierno de mayoría simple y obtuvo el pleno poder legislativo con la Ermächtigungsgesetz o Acta de Permiso, que únicamente contó con la oposición de los socialdemócratas. El Acta de Permiso formó las bases de la dictadura, la disolución de los sindicatos y la supresión de todos los partidos políticos que no fuera el Partido Nazi. Se estableció un estado totalitario, eliminando las bases de la Constitución liberal de Weimar. En 1938, Hitler entró en Austria con grandes aclamaciones. Muchos austríacos votaron a favor de la anexión de su país a Alemania.
Segunda Guerra Mundial
En 1939, después de seis años de gobierno, el régimen Nazi preparó el país para la Segunda Guerra Mundial. El mando Nazi inició la ocupación de países mediante deportaciones forzadas y genocidios, conocidos posteriormente como el Holocausto. Hacia 1945, Alemania y sus colaboradores (Italia y Japón) fueron derrotados, principalmente por las fuerzas de la Unión Soviética, EE.UU., Gran Bretaña y Canadá. Muchas personas murieron en el conflicto, se estima que entre seis millones de judíos y cinco de no judíos, y la mayor parte de Europa quedó en ruinas. La Segunda Guerra Mundial destruyó la infraestructura política y económica de Alemania y condujo directamente a su división, a una pérdida considerable de territorio y una herencia histórica de culpa y vergüenza. Alemania fue dividida por los Aliados en cuatro zonas de ocupación militares: las tres zonas occidentales formaron la República Federal de Alemania (Alemania Occidental), mientras la zona soviética dio lugar a la República Democrática Alemana (Alemania Oriental). Los alemanes fueron repatriados a Europa Oriental, conocido como el éxodo alemán. En este proceso de expulsión murieron millones de alemanes.
Después de 1945
Tras la guerra, la población de Alemania vivió cerca de los niveles de subsistencia. A principios de los años 50, Alemania Occidental comenzó a disfrutar de un prolongado crecimiento económico. La recuperación tuvo lugar en gran parte debido a la anteriormente prohibida reforma monetaria de junio de 1948, y a partir de 1949, gracias a las ayudas estadounidenses a través de préstamos del Plan Marshall. Cruzando la frontera, Alemania Oriental se convirtió pronto en el país más rico y avanzado del Pacto de Varsovia, pero muchos de sus ciudadanos miraban al Oeste en busca de libertades políticas y prosperidad económica. En 1970, Alemania Occidental fue absorbida bajo la Política del Este u "Ostpolitik" de Willy Brandt, para cumplir con el concepto de "dos estados en una misma nación alemana". Las relaciones mejoraron progresivamente, y en 1973, Alemania Oriental y Occidental fueron admitidas en las Naciones Unidas. La reunificación del país tuvo lugar en 1990, cuando las autoridades de Alemania Oriental, sin previo aviso, permitieron a sus ciudadanos pasar a la parte Oeste de Berlín y a la Alemania Occidental. Cientos de los miles de personas aprovecharon la oportunidad, se abrieron nuevos puntos de cruce en el Muro de Berlín y a lo largo de la frontera con Alemania Occidental.
La Alemania reunificada, Francia y otros países europeos formaron la Unión europea. Después de todo, Alemania se ha convertido en un país de notable diversidad, con diferencias culturales, aunque sus habitantes todavía recuerdan su pasado oscuro.
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