Dresde es considerada por muchos visitantes como una de las ciudades más hermosas de Alemania. La ciudad fue fundada en 1206 y está reconocida como Patrimonio de la Humanidad. Dresde tiene una larga historia como capital y residencia real de los Reyes de Sajonia, que durante siglos dotaron a la ciudad de un extraordinario esplendor cultural y artístico. Entre los siglos XVIII y XIX, la ciudad se convirtió en uno de los centros del movimiento romántico. Destacados poetas como Goethe, Schiller, Herder, Kleist y Novalis se conocieron en los salones de Christian Gottfried Körner, más tarde, casa de Ludwig Tieck.

En la Segunda Guerra Mundial, la ciudad fue bombardeada y su aspecto cambió dramáticamente. El centro histórico de Dresde fue completamente destruido, incluyendo los impagables tesoros del arte, que hicieron famosa a la ciudad en el mundo entero. Más de 30.000 personas murieron en estos terribles bombardeos. Las ruinas de la ciudad fueron consideradas como una llamada a la paz entre las diferentes naciones del mundo. Dresde fue reconstruida como una gran ciudad socialista durante los años de la RDA. El centro histórico es hoy en día una de las grandes restauraciones de su antigua gloria, sin embargo, algunas partes se encuentran todavía en proceso de reconstrucción. La ciudad es un hermoso y vibrante tributo al espíritu humano.

La principal atracción de Dresde son sus hermosas iglesias y palacios, así como muchos museos de categoría mundial. La Frauenkirche, el edificio protestante más grande de la historia, domina el horizonte de Dresde con su increíble arquitectura barroca. El Altstadt y Neustadt, a orillas del río, son otros hermosos ejemplos de arquitectura barroca y ofrecen muchos restaurantes encantadores, tiendas y pintorescas calles para vagar.

La vida económica de Dresde mejora poco a poco: el turismo, la industria informática y los bienes de consumo son importantes sectores. Dresde es también un popular lugar para conferencias y convenciones.